Italia
Investigan a los padres de un niño de 13 años que murió por un tumor al considerar que retrasaron el inicio de la quimioterapia
La Fiscalía considera que no sometieron al menor a los tratamientos pertinentes.

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La Fiscalía de Vicenza, en el norte de Italia, investiga por un delito de homicidio voluntario a los padres de un niño de 13 años que murió por un tumor, al considerar que no le sometieron a los tratamientos pertinentes.
Los padres dicen haber hecho todo lo posible para salvar a su hijo, pero la Fiscalía les acusa de haber retrasado el inicio de la quimioterapia prescrita por los médicos, cuando en la primavera de 2023 y después de que comenzase a sentirse mal se le diagnosticase un tumor letal y agresivo, reveló 'Il Giornale di Vicenza'.
Después de varias consultas, los progenitores decidieron no hacer nada, pero los trabajadores sociales de Vicenza, donde reside la pareja, consideraron que "los padres no estaban cumpliendo con las indicaciones terapéuticas, al no someter al niño a la quimioterapia prescrita por los oncólogos del hospital San Bortolo al inicio del tratamiento".
Primero, su informe se envió al Tribunal de Menores de Venecia, que a su vez trasladó el expediente a la Fiscalía de Vicenza, la cual optó por abrir la investigación. La Fiscalía designó un consultor que visitó al niño antes de su muerte y llevó a cabo el informe pericial. El resultado puso sobre la mesa que el adolescente no fue sometido a la quimioterapia inicial y que eso habría provocado que sus condiciones de salud se vieran agravadas.
El menor falleció dos semanas después de realizarse el informe y poco menos de un año después de que le diagnosticaran cáncer. A los padres se les interrogó después de que la Fiscalía recibiera todos los certificados y pruebas realizadas por los médicos del hospital y fue del informe pericial que surgieron "las omisiones cometidas por los padres, estrechamente vinculadas a las causas de la muerte de su hijo", explica el diario.
Sin embargo, el abogado defensor asegura que en la pericia se afirmaba "que el niño podría haber vivido solo dos o tres meses más después de la fecha de la muerte, pero su destino ya estaba sellado, no había posibilidad de curar el tumor" y añade que "acusar a los padres por homicidio voluntario es algo increíble: ¿cuándo desea un padre la muerte de su propio hijo?".
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