Perry ha tenido que viajar por trabajo, sufre un jet lag terrible y decide llamar a su mujer.Celeste sucumbe a sus deseos y protagonizan un ardiente momento: "Déjame mirar a mi fabulosa mujer un segundo".
A pesar de las explicaciones que han intentado darle, y de comprometerse a que nunca volverá a pasar, don Pedro lo tiene claro: no habrá más venta a domicilio.